martes, 27 de enero de 2015

ACERCA DE LA ILUSIÓN DE RESTAURAR LA IGLESIA MEDIANTE LA LITURGIA TRADICIONAL.

Los "conservadores" Burke y Schneider.

Monseñor Bugnini destruyó la liturgia y  reemplazó la verdadera liturgia de la Santa Misa y de los sacramentos por esta nueva liturgia, de la cual no sabemos dónde terminará la evolución. Siempre está cambiando (Mons. Lefebvre, sermón en su jubileo sacerdotal de los 60 años).

En estos tiempos en que la liturgia Tradicional ha sido supuestamente “rescatada” por el Motu Proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI, ¿es verdad que ahora la FSSPX debe limitarse a conservar la Misa y el sacerdocio católicos, como lo dan a entender las autoridades de la misma y lo sugiere el branding que opera en el seno de la Obra de Monseñor Lefebvre? Para responder a esto, comencemos por algunas citas:

Es necesario que nosotros redescubramos el entusiasmo y el espíritu de fe de los comienzos de la Fraternidad y de su fundador. (…) Nosotros debemos responder a una nueva situación (…) Algunos quieren retirarse en una especie de ghetto esperando que pase la crisis. Es un signo de debilidad de la fe, no es la posición católica (entrevista al Padre Pfluger, DICI, octubre de 2010).

Es por eso quisiera invitarlos a despertar estos recuerdos, para que no olvidemos que el alma de nuestra actitud en la Iglesia, es una posición de fidelidad, de preservación y de construcción, antes que una actitud de resistencia. Una no va sin la otra, por supuesto, pero ya es tiempo, me parece, de poner en orden nuestros espíritus con el fin de recobrar un verdadero espíritu apostólico, en esta bella unidad que hizo y hará nuestra fuerza (…) volvamos a poner en el centro de nuestro corazón lo que animaba al de nuestro fundador, sin agotarnos y dividirnos en las querellas estériles que no tienen fin (…) Si debemos exigir algo de nuestros sacerdotes, no es que cada uno de ellos se ejercite en resolver la crisis de la Iglesia, o que sea un experto en la condena de todos los errores de moda, sino que sea  uno de esos "apóstoles de Jesús y de María" que Mons. Lefebvre quería dar a la Iglesia, un apóstol fiel al espíritu de su cruzada,  un experto de la gracia y de la fe, un experto de la liturgia, de la Misa y de la Eucaristía, ¡un conquistador en busca de las almas a convertir y a salvar! (P. Simoulin, Le Seignadou  septiembre de 2014).

Es necesario subrayar que la Fraternidad San Pío (sic) no fue fun­dada CONTRA el concilio, el modernismo y los errores actuales, sino PARA defender de la (sic) Tradición multisecular de la Iglesia, para salvar el sacerdocio católico y la Misa tradicional (P. Bouchacourt, revista Iesus Christus 106, julio-agosto de 2006).

…la Misa, es el corazón. Cuidando ese corazón, se cuida toda la Iglesia. Si se quiere, y ciertamente que se quiere una restauración de la Iglesia, es por allí que hay que ir. Es la fuente, y la fuente es la Misa. (…) para mí es evidente que querer la restauración de la Iglesia debe comenzar por eso. Entonces es por eso que le estoy profundamente agradecido al papa Benedicto XVI por haber restablecido la Misa (Mons. Fellay, DICI, noviembre de 2013).

¿Es verdad que se restaurará la Iglesia por la Misa? Así lo han dicho todas las comunidades Ecclesia Dei. Pero eso no es verdad, sino una peligrosísima ilusión.

Esta idea ya la había anunciado también el GREC: La Iglesia debe reformarse restaurando su tradición litúrgica (“Por la necesaria reconciliación”, P. Lelong, pág. 113).

Liturgia no restaurará a la Iglesia, sino que -al revés- la liturgia será restaurada cuando la fe sea restaurada. Lo primero es el combate contra el liberalismo en la Iglesia; ante todo está lo doctrinal y lo litúrgico estará siempre en segundo lugar. Pretender que la Iglesia pueda ser restaurada por la sola liturgia tradicional, es poner la carreta delante de los bueyes, es como pretender que un litro de petróleo pueda hacerse potable por agregarle una gotas de agua pura; es exigir milagros y tentar a Dios.

Un Sacerdote liberal que celebra la liturgia tradicional es alguien que vive en la contradicción. ¿Qué frutos deben esperarse de él, sino que sus feligreses vivan también en la contradicción? ¿Y es con almas que viven pacíficamente en la contradicción que se va a restaurar la Iglesia? Eso es pura ilusión, e ilusión propiamente diabólica, dadas sus graves consecuencias.

El incremento de misas tradicionales celebradas por sacerdotes liberales no traerá la restauración de la Iglesia. Por el contrario, uno de los efectos nocivos que sí puede producir es la desaparición de la Misa Tradicional. Casi con seguridad se puede afirmar que la masonería pretende que la misa tradicional sea aniquilada mediante su absorción en una adulterina mezcla, en una síntesis del rito “extraordinario”, es decir, católico, y del rito “ordinario”, es decir, bastardo. Dicha impura mezcolanza merecerá también el calificativo de “rito bastardo”. Veamos:

Ya el Padre Celier (miembro del GREC), en su pernicioso libro Benedicto XVI y los Tradicionalistas nos anticipó, sin ninguna crítica de su parte, lo que sucedería con la Liturgia de la Iglesia en los próximos años (texto tomado del análisis de Pierre Delacroix):

Me parece que nuestros contemporáneos serán tal vez testigos del nacimiento de un nuevo rito: “la misa pio-paulo” (págs. 195-196). O. Pichon le pregunta sorprendido: ¿misa pio-paulo ? ¿qué están inventando ahora? Y el P. Celier se explica: mezcla del rito Pio y del rito Paulo. En la misma página 196, el P. Celier se explaya: la misa pio paulo sería simplemente una mezcla del rito “Pio” y del rito “Paulo”. Los jóvenes sacerdotes, queriendo arraigar en la tradición la liturgia que celebran en público, simplemente importarán las partes de la liturgia tradicional que celebran de manera más ocasional. O. Pichon alienta al P. Célier a precisar su pensamiento sobre lo que él llama un proceso de re-tradicionalización: a) Que Roma se conforme con abrir cada vez más las puertas a lo que es tradicional y vele de frenar a los obispos que quisieran perseguir abiertamente este regreso a la tradición. Con el paso de los años, llegarán sacerdotes más apegados a la tradición litúrgica, que fueron formados en su juventud con los ritos más tradicionales, la nueva liturgia estará más irrigada de las fórmulas tradicionales y del espíritu tradicional. Es así que tal vez veremos nacer e imponerse, con el paso de los años, este rito híbrido que he llamado, de manera un poco humorística, la misa pio-paulo. (pág. 198) Notemos la expresión ritos más tradicionales y no “rito tradicional”…b) Enseguida propone la técnica del ju-jitsu, arte marcial que tiene como principio el utilizar la fuerza del adversario para vencerlo. Es decir, poner a los “adversarios de la tradición” en una trampa dialéctica utilizando los argumentos clásicos del liberalismo. Roma podría agregar el ofertorio tradicional, entre las opciones posibles (pág. 200). En esta hipótesis, Roma tendrá ciertamente la idea de utilizar, para esta promoción de la tradición, los mismos argumentos progresistas: libertad, riqueza de elección, antigüedad de los textos, ¿qué se yo? (pág. 200). En ningún momento, en su libro, el P. Célier critica la “misa pio-paulo”, y dice además: "Si sucede como imaginamos, que la nueva liturgia se irrigue con las riquezas de la liturgia tradicional, llegando a esta misa piopaulo, ciertamente que tendrá un cierto número de adeptos" (pág. 201). No habla de contaminación, sino de irrigación, pues algo se irriga para volverlo fecundo y que produzca muchos frutos…

Apenas publicado el libro del Padre Celier, el Papa Benedicto XVI publicó el Motu proprio Summorum Pontificum. En su carta a los obispos con motivo de éste, el Papa dice: Por lo demás, las dos Formas del uso del Rito romano pueden enriquecerse mutuamente: en el Misal antiguo se podrán y deberán inserir nuevos santos y algunos de los nuevos prefacios. La Comisión “Ecclesia Dei”, en contacto con los diversos entes locales dedicados al usus antiquior, estudiará las posibilidades prácticas. En la celebración de la Misa según el Misal de Pablo VI se podrá manifestar, en un modo más intenso de cuanto se ha hecho a menudo hasta ahora, aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo.

En el seno del GREC se trató este asunto: Después del Motu proprio del Santo Padre de julio de 2007, se puede esperar que el antiguo y nuevo rito no solamente van a cohabitar, sino a enriquecerse mutuamente. Después de las desoladoras divisiones en torno al altar entre los “tradicionalistas” y “conciliares”, la Eucaristía será verdaderamente lo que es: el sacramento de la unidad y de la caridad. (Por la necesaria reconciliación, pág. 82).No habrá reconciliación profunda y por lo tanto unidad de espíritus y corazones en el mundo sacerdotal (…) sin la reforma litúrgica. La reconciliación por la reforma litúrgica debe ser la palabra clave en la Iglesia hoy. Pero en esta reforma que desembocará en una verdadera reconciliación, hay que tener en cuenta el sentido de lo posible y, en el dominio litúrgico, ir poco a poco (idem, pág. 113).

El Padre Barthe, miembro del GREC, hablaba de la « reforma de la reforma » desde tiempo atrás al Motu proprio. Las siguientes afirmaciones del Padre son interesantes: Por principio pienso que es completamente irreal el creer que se puede de un golpe hacer que en todas las parroquias del mundo, todas las misas sean celebradas según el uso antiguo. En cambio, yo constato (…) que el misal de Paulo VI contiene una casi infinita posibilidad de opciones, de adaptaciones y de interpretaciones, y que una elección progresiva o sistemática, o sistemáticamente progresiva, las posibilidades tradicionales que ofrece hacen posible, sobre el terreno parroquial, legalmente, (…) su “re-tradicionalización”. Muchos sacerdotes de parroquias (…) practican esta reforma de la reforma, frecuentemente por etapas, y en su gran mayoría celebran también la liturgia tradicional. Justamente, apoyándose en las obras de Joseph Ratzinger (Informe sobre la fe; Mi vida, El Espíritu de la liturgia, Un canto nuevo para el Señor, La celebración de la fe) y autorizándose en ellos, una nueva generación de teólogos, de historiadores del culto divino, de responsables de alto nivel, se ha constituido. Ellos forman hoy el medio de pensadores de la reforma de la reforma -un nuevo movimiento litúrgico, como al Papa le gusta decir- y que apoyan el Motu proprio.

Dicho esto, ninguno de entre ellos -especialmente el primero de entre ellos, el Papa- pretende promover una reforma de la reforma por textos, decretos y a fortiori por la edición de un misal fusional (…) sino que quieren proceder por el ejemplo, la exhortación, la educación, y sobre todo (…) provocando un sano “celo” de la forma llamada “ordinaria” respecto a la forma llamada “extraordinaria” (P. Barthe - Monde et Vie n°832 - 20 septiembre 2010).

¿Quiénes son, entonces, esta “nueva generación de teólogos… y de responsables de alto nivel”? Entre ellos, encontramos a los obispos y cardenales que, sin dejar de apoyar al concilio, apoyan la misa tradicional y los algunos valores morales tradicionalesY precisamente con ellos (Cardenal Burke, Mons. Schneider, cardenal Brandmuller) la Fraternidad lleva a cabo esos “encuentros informales y cordiales”, publicando en sus sitios, además, las entrevistas o declaraciones de estos prelados sin advertir a los fieles que son férreamente conciliares, y que su “tradicionalismo” no es tal.

Abandonando el antiguo combate y retrocediendo cobardemente hasta la sola defensa de la Misa Tradicional (mínimo común con los liberales "de sensibilidad tradicional" o "conservadores"), la Fraternidad, aún sin firmar acuerdo, se está auto sentenciando a muerte.


Terminamos con Monseñor Lefebvre: esto es lo que decía Leon XIII en su encíclica sobre los masones: “Ellos quieren destruir a fondo las instituciones cristianas. Ese es su objetivo”. Pues bien, ¡ellos lo están logrando, ellos lo están logrando!